LOS PILARES DE LA EDUCACIÓN
CAPÍTULO 2
LA ORIENTACIÓN ESCOLAR
Y
EL DEPARTAMENTO DE ORIENTACIÓN
"LA ORIENTACIÓN ES UN ELEMENTO INHERENTE A LA EDUCACIÓN Y, POR TANTO, INTEGRANTE DEL CURRICULUM"
(ORDEN 9-XII-1992)
"EL DEPARTAMENTO DE ORIENTACIÓN ES UN ÓRGANO DE COORDINACIÓN DOCENTE" (DECRETO 929, 18-VI-1993)
"LA VOCACIÓN DE EDUCADOR, PADRE O PROFESOR, ES VOCACIÓN DE ORIENTADOR"
1.-ALGUNAS REFLEXIONES INICIALES
1.1.-La orientación.
La orientación va a ser hoy una de las claves del sistema educativo. Ante la avalancha de cambios sociales, culturales y económicos, la sociedad requiere orientación para su estrato más joven, de modo que su periodo de formación sea beneficioso para él mismo tanto como para el conjunto.
La predisposición hacia ciertos estudios porque su titulación capacita para obtener más dinero o por mantener una determinada posición social, hoy se relativiza y debe dejar paso a la aceptación de una gran diversidad de salidas profesionales tanto de grado intermedio como superior, igualmente reconocidas socialmente, a la vez que a la consideración de que la formación es también crecimiento de la propia persona, enriquecimiento humano integral, no sólo intelectual o profesional. Tal cambio de mentalidad requiere una buena orientación que, en principio, cualquier profesional de la educación debería poder proporcionar, por su capacidad personal o por su vinculación a un claustro de profesores cada vez más investigador y bien formado, en un centro que potencia, valora y recompensa la formación permanente.
Pero, por otra parte, la orientación pocas veces es un acto puntual. Más bien es un proceso, por lo que excede a la competencia de un único profesor que puede estar sujeto a variaciones personales o de destino , profesional se entiende, y se hace competencia del claustro o de un departamento especializado.
Porque los profesores, además de conseguir su título académico, de adquirir dotes pedagógicas, de preparar sus clases, de corregir los trabajos de los alumnos, de conocer técnicas de animación de grupos y mantener su nivel pedagógico y de conocimientos, de evaluar y recuperar, deben ocuparse de otras muchas funciones que, si bien se relacionan con su labor básica, exigen una dedicación y formación suplementarias.
Me refiero a todo aquello que deben atender para responder a los justos requerimientos de la sociedad a un educador, como por ejemplo, conocer el entorno en que viven sus educandos, su situación familiar, sus intereses vitales y vocacionales, su evolución psicológica, el proceso de maduración de su personalidad, sus grupos de amistades y de influencia, su ambiente y sus posibilidades laborales para el futuro y otras muchas cosas más.
Y aún reconociendo que todo ello entra dentro de la labor general de un buen educador, como orientador, parece difícil que una persona sola, aislada, pueda atenderlo debidamente.
Un departamento o equipo operativo y bien integrado en el organigrama del centro, en relación permanente con la dirección y el claustro, un departamento que potencie a tutores y profesores, un departamento por el que tutores y profesores se sientan siempre respaldados, puede ser una ayuda inestimable.
Pues, aunque marginado, si no denostado y aún rechazado de hecho en muchas ocasiones, tanto por claustros como por APAS, por directores y por instituciones, con razón en algunas ocasiones, por prejuicios, por motivos económicos, por desconfianza, por conflicto de competencias, en otras, lo que responde al antiguo gabinete de psicología o el actual departamento de orientación es, sin embargo, una de las claves para un sistema educativo creíble, eficaz y socialmente aceptado.
Hablar de orientación o de departamentos de orientación es algo más que mentar al psicólogo, (para bien o para mal).
En un centro educativo ya no hablamos sólo de psicología, sino de psicopedagogía. Ya no hablamos sólo de la intervención de un profesional de la psicología, sino de un equipo en el que tienen cabida el psicólogo, el pedagogo, los profesores, los padres, un asistente social, y aún otros, todos ellos como implicados en la orientación de los alumnos del centro. Ya no hablamos sólo de detectar y resolver problemas, sino de prevenir que estos ocurran. Ya no hablamos sólo de atender a un alumno con problemas, sino de colaborar con tutores, profesores y padres para que, cada cual en su campo, posibiliten el crecimiento de todos los alumnos hacia la madurez. Ya no hablamos sólo de la importancia de los test que miden factores de inteligencia y personalidad, sino que buscamos información, además, de la vida de cada día, de sus intereses y emociones, en el poco a poco de cada día y por la intervención directa de profesores y padres.
Por todo ello, el departamento de orientación alcanza a todos los alumnos del centro.
A todos y a cada uno, porque con su trabajo de prevención colabora con los tutores y profesores que entienden y se relacionan con los alumnos directamente día a día. A todos y a cada uno, a todo el centro, porque el departamento investiga en aspectos psicopedagógicos de aplicación general. A todos y a cada uno, porque por su intervención en la escuela de padres colabora con los padres que se relacionan con sus hijos directamente día a día.
A todos y a cada uno, porque en varias ocasiones durante su estancia en el centro se hace con los alumnos un trabajo específico colectivo de detección y consejo. A todos y a cada uno, porque junto con la dirección y claustro intenta crear un ambiente pedagógico sano y humano en el centro. A cada uno en particular, por su opción a recurrir al departamento a título individual para cualquier consulta.
Así, el Departamento sigue una triple línea de trabajo. Una, con casos individuales, lo que exige mucho tiempo de dedicación, y a la que se accede por la demanda de los profesores, de los padres o de los propios alumnos; otra línea colectiva, con la que se alcanzan muchos casos en relativamente menos tiempo; una tercera línea de investigación y apoyo al profesorado del Centro. Se podría añadir una cuarta por la que abre su apoyo a todo el Centro y en virtud del principio de la Prevención facilita la formación psicopedagógica adecuada a los Antiguos Alumnos como futuros nuevos padres, una quinta y más.
En la práctica, la organización de un equipo semejante se hace compleja dadas las limitaciones de recursos, pero merece la pena.