LAS EMOCIONES EN LOS EVANGELIOS
Juan Luis Ríos Mitchell Zaragoza
2012 PRIMERA ENTREGA
Juan Luis Ríos Mitchell Zaragoza
2012 PRIMERA ENTREGA
Título: Las Emociones en los Evangelios
Autor: Juan Luis Ríos Mitchell
Zaragoza: 21 de mayo de 2012
Depósito Legal: Z-1274-2012
Introducción
1 Las Emociones en los cuatro Evangelios
2 Comentario
1 Las Emociones en los cuatro Evangelios
2 Comentario
- El Miedo
- El Amor
La Tristeza - La Alegría
La Rabia
La Hipocresía - El Odio
El Escándalo - El Perdón
La Humildad - La Compasión
- La Vergüenza
- La Envidia
- 3 Bibliografía
INTRODUCCIÓN
Al iniciar este trabajo, ya casi quince años atrás, pretendía analizar el tratamiento de las
emociones en el desarrollo de la religiosidad teniendo sólo como base los cuatro evangelios.
Emociones y sentimientos se confunden a veces en el lenguaje ordinario si bien tienen un matiz que las diferencia. Las emociones son impulsos que surgen de modo inconsciente como reacción a algún acontecimiento íntimo o del entorno y sólo una vez reconocidas pueden ser controladas, aceptadas o reprimidas, mientras que los sentimientos son más bien estados habituales de la persona. Así, por ejemplo, podemos decir que una persona tiene miedo porque ha ocurrido algo que se lo ha producido y decimos que ese miedo es una emoción. Pero también podemos hablar de una persona miedosa, timorata, cuando la mayoría de las situaciones las interpreta por el miedo, sin que haya ocurrido nada especial, y entonces decimos que esa persona vive con el sentimiento del miedo. Por lo demás, aparte de alguna otra consideración que no viene al caso aquí, emoción y sentimiento se podrían confundir.
El tema de las emociones se presenta en la psicología actual como uno de los más importantes para desentrañar el comportamiento de las personas. Incluso decimos que la personalidad va formándose, además de por los rasgos vitales innatos, entre normas, razonamientos y decisiones, por ellas. De hecho, siempre que se va a tomar una decisión o a hacer algo surge una emoción que matiza esa acción o decisión, que la potencia o la paraliza. Porque las emociones pueden ser consideradas bajo un aspecto positivo, natural, humanizador o, por el contrario, negativo, inadecuado, deshumanizante.
He elegido, de acuerdo con criterios de la Psicología Humanista cinco emociones que podrían servir de base para todas las demás. El miedo, el amor, la tristeza, la alegría y la rabia. Si estas emociones surgen de modo natural, innato y prácticamente del mismo modo en todos los seres humanos cuando ocurre algo, es decir, si aparecen en presencia de una situación muy concreta, ante algo que ocurre en presencia del sujeto y si su duración e intensidad van en consonancia con el acontecimiento, entonces decimos que son unas emociones sanas es decir, cumplen una función satisfactoria o protectora de la persona. Si, por el contrario, surgen cuando el acontecimiento que las provoca ya no está presente, pasó hace tiempo, o cuando su intensidad o duración no se ajustan a lo que ocurre, o cuando a la persona le surge un tipo de emoción que no se produce en nadie más, debemos pensar que algo no está bien ajustado en la vida emocional de esa persona.
Emociones y sentimientos se confunden a veces en el lenguaje ordinario si bien tienen un matiz que las diferencia. Las emociones son impulsos que surgen de modo inconsciente como reacción a algún acontecimiento íntimo o del entorno y sólo una vez reconocidas pueden ser controladas, aceptadas o reprimidas, mientras que los sentimientos son más bien estados habituales de la persona. Así, por ejemplo, podemos decir que una persona tiene miedo porque ha ocurrido algo que se lo ha producido y decimos que ese miedo es una emoción. Pero también podemos hablar de una persona miedosa, timorata, cuando la mayoría de las situaciones las interpreta por el miedo, sin que haya ocurrido nada especial, y entonces decimos que esa persona vive con el sentimiento del miedo. Por lo demás, aparte de alguna otra consideración que no viene al caso aquí, emoción y sentimiento se podrían confundir.
El tema de las emociones se presenta en la psicología actual como uno de los más importantes para desentrañar el comportamiento de las personas. Incluso decimos que la personalidad va formándose, además de por los rasgos vitales innatos, entre normas, razonamientos y decisiones, por ellas. De hecho, siempre que se va a tomar una decisión o a hacer algo surge una emoción que matiza esa acción o decisión, que la potencia o la paraliza. Porque las emociones pueden ser consideradas bajo un aspecto positivo, natural, humanizador o, por el contrario, negativo, inadecuado, deshumanizante.
He elegido, de acuerdo con criterios de la Psicología Humanista cinco emociones que podrían servir de base para todas las demás. El miedo, el amor, la tristeza, la alegría y la rabia. Si estas emociones surgen de modo natural, innato y prácticamente del mismo modo en todos los seres humanos cuando ocurre algo, es decir, si aparecen en presencia de una situación muy concreta, ante algo que ocurre en presencia del sujeto y si su duración e intensidad van en consonancia con el acontecimiento, entonces decimos que son unas emociones sanas es decir, cumplen una función satisfactoria o protectora de la persona. Si, por el contrario, surgen cuando el acontecimiento que las provoca ya no está presente, pasó hace tiempo, o cuando su intensidad o duración no se ajustan a lo que ocurre, o cuando a la persona le surge un tipo de emoción que no se produce en nadie más, debemos pensar que algo no está bien ajustado en la vida emocional de esa persona.
Como aquí no se pretende hacer un tratado de psicología de las emociones, no entro en la
explicación teórica extensa de la que en la bibliografía se podrá encontrar una breve pero suficiente
información.
Tampoco los evangelios son tratados de psicología, de modo que. en ellos, las emociones no se tratan como tales, sino que sólo se citan.
Pero el evangelio, además de ser un texto literario, es un documento que recoge la Buena Noticia de Jesús por lo que sospechamos que también esta alcanza a las emociones. También del análisis de las emociones podemos extraer una dimensión religiosa. Pues bien, los evangelios son una sucesión de acciones de Jesús, de los apóstoles, de los sacerdotes, de los fariseos y levitas, de los romanos y del resto de la gente, por lo que las emociones se manifiestan en muchas ocasiones y se intuyen en otras. Aquí sólo atenderé a las emociones citadas explícitamente, si bien es posible que en ciertos pasajes, excepcionalmente, he podido suponer más que leer textualmente.
En los evangelios, como en otros textos, el relato de una emoción va ligado, nos lleva a otras emociones que podríamos considerar complementarias, formando como una galaxia de emociones y que caen bajo el paraguas de la principal. En el capítulo primero se especifican.
En el segundo capítulo se reflexiona sobre estas emociones bajo una perspectiva religiosa.
Para el presente trabajo se han tomado y comparado las traducciones de: Sagrada Biblia. (N)
Eloíno Nacar y Alberto Colunga. BAC. Madrid. 1962. Biblia de Jerusalén. (J)
Desclée de Brouwer. Bruxelles. 1967. Nueva Biblia Española. (E)
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos. Cristiandad. Madrid.1975. La Biblia Interconfesional. Nuevo Testamento. (I)
BAC-EDICABI-SBU. Madrid. 1978.
Por fin, en el Fichero de Citas se pueden encontrar ordenadas por temas las citas más significativas.
Tampoco los evangelios son tratados de psicología, de modo que. en ellos, las emociones no se tratan como tales, sino que sólo se citan.
Pero el evangelio, además de ser un texto literario, es un documento que recoge la Buena Noticia de Jesús por lo que sospechamos que también esta alcanza a las emociones. También del análisis de las emociones podemos extraer una dimensión religiosa. Pues bien, los evangelios son una sucesión de acciones de Jesús, de los apóstoles, de los sacerdotes, de los fariseos y levitas, de los romanos y del resto de la gente, por lo que las emociones se manifiestan en muchas ocasiones y se intuyen en otras. Aquí sólo atenderé a las emociones citadas explícitamente, si bien es posible que en ciertos pasajes, excepcionalmente, he podido suponer más que leer textualmente.
En los evangelios, como en otros textos, el relato de una emoción va ligado, nos lleva a otras emociones que podríamos considerar complementarias, formando como una galaxia de emociones y que caen bajo el paraguas de la principal. En el capítulo primero se especifican.
En el segundo capítulo se reflexiona sobre estas emociones bajo una perspectiva religiosa.
Para el presente trabajo se han tomado y comparado las traducciones de: Sagrada Biblia. (N)
Eloíno Nacar y Alberto Colunga. BAC. Madrid. 1962. Biblia de Jerusalén. (J)
Desclée de Brouwer. Bruxelles. 1967. Nueva Biblia Española. (E)
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos. Cristiandad. Madrid.1975. La Biblia Interconfesional. Nuevo Testamento. (I)
BAC-EDICABI-SBU. Madrid. 1978.
Por fin, en el Fichero de Citas se pueden encontrar ordenadas por temas las citas más significativas.